Cualquier
persona desarrolla tecnologías de perfil amparador y propicio, reglas favorables
de exploración, y fundamentos creídas, ideológico para afrontar el asunto
salud, padecimiento, muerte, esos saberes
y métodos médicos, cercando los adelantos efectivos de la fisiología europea,
forman una sucesión de prácticas pedagógicas que crean parte de los de los componentes
de observación del ambiente y de los humanos para la reproducción del mandato
social dominante. Las prácticas
culturales no son estancadas, niveladas, ni afines, pues, como producciones emblemáticas
y materia prima de los contextos de fabricación y reproducción del universo de
la vida, reúnen los argumentos y las contradicciones de las diplomacias de potestad
imperiosas.
La
cultura interviene mucho en lo de la salud, debido a que todas las diligencias
de la vida diaria son establecidas culturalmente. Esta ciencia forma las direcciones
asemejando conductas sociales.
Las
personas, parten de una cadena de principios elementales sanos que les admiten
integrarse, a la vez que constan diferencias que median concisamente en las
vidas y asumen conjeturas que son lo didáctico,
esta habla de los dogmas y los bienes y conductas de los grupos menospreciados,
la otra presunción es lo materialista; o sea debate la idea del dominio de autónoma
elección y que esta sea el principio de las diferencias en la salud. Por otro lado, la cultura y la sociedad, la sabiduría
es un constructo nacional, y por lo tanto asimismo cambia las prácticas que se cimientan
como modelos formativos y socialmente admitidos. Las conductas repercuten más o
menos desde la apariencia saludable, en materia de que la extensión propaga en
lo social cuando haya un instante fijo.
Para
finalizar, se puede afirmar que las prácticas culturales conforman sistemas de
referencia para estructurar la interacción social de los hombres y mujeres en
su cotidianidad.
La
salud es un derecho inherente a la vida y su preservación es un deber de cada
persona. Es un bien social.
Compete
al Estado el cuidado de la salud física, mental y social de las personas, y
asegurar a todos la igualdad art. 41 de La Constitución Provincial.
Actualmente, suele aceptarse que, en su sentido más básico, la inequidad en salud representa las desigualdades que son inequitativas e injustas. Según apunta Starfield en su trabajo, las desigualdades de salud no se producen al azar. El estado de salud guarda relación con las características biológicas y sociales del individuo, la organización económica y política, la estructura social y el trasfondo cultural, como también con los procesos demográficos y macro ecológicos, que deben tenerse en cuenta a fin de poder advertir tendencias a largo plazo en el proceso de salud y enfermedad. El artículo de Starfield ofrece un útil marco conceptual que vincula las diferentes influencias que actúan de manera dinámica sobre la distribución desigual de la salud y las causas de inequidad.
Respecto
a la equidad en los resultados de salud, o su ausencia, la inequidad, o la
iniquidad, según lingüísticamente se quiera expresar la definición de inequidad
en salud más divulgada y sintética es la propuesta por Margaret Whitehead,
quien la conceptualiza como las diferencias en salud innecesarias y evitables,
pero además, consideradas injustas. Whitehead y Dahlgren señalan que son tres
los hechos distintivos que, cuando se combinan, transforman simples diferencias
en salud en inequidades sociales en salud: son sistemáticas, son socialmente
producidas (por tanto, son modificables) y son valoradas como injustas. En un
plano más general, como expresan de la Torre y otros, la conceptualización de
inequidad no puede sólo limitarse a las desigualdades, ya que existen
igualdades injustas, innecesarias y evitables que también debieran considerarse
como inequidades. Por tanto, como la desigualdad no necesariamente implica
inequidad, la igualdad no implica necesariamente equidad. Las inequidades en
salud se basan en las diferencias.
INEQUIDAD
EN SALUD EN EL CONTEXTO INDIGENA
Actualmente
las condiciones de salud de la población indígena de la provincia de Salta
presentan un rezago importante respecto al resto de la población, existiendo
marcadas diferencias en cuanto a las causas de mortalidad general. La
mortalidad indígena tiene como causa de muerte: las infecciones intestinales y
la influenza y neumonía. Las diferencias más importantes en cuanto a causas de
mortalidad se encuentran en la tuberculosis pulmonar, las diarreas y la
mortalidad materna. La mayor mortalidad de la población indígena se registra en
los primeros años de la vida. Los factores de riesgo asociados a las elevadas
tasas de mortalidad infantil son: mujeres con elevada fecundidad; inicio
temprano de la vida sexual activa y periodos intergenésicos cortos; madres de
baja escolaridad y malas condiciones de vivienda; difícil acceso o nulo a los
servicios de salud y deficiente infraestructura sanitaria.
En
las comunidades indígenas tienen una prevalencia elevada las llamadas patologías
de la pobreza, entre las que destacan el cólera, la tuberculosis, el paludismo,
el dengue, la lepra, etc. El alcoholismo sigue siendo un grave problema social
que afecta a las familias indígenas. Las viviendas no cuentan con drenaje, no
disponen de energía eléctrica, y carecen de agua. A dichas condiciones de
insalubridad se suma el hecho de que una proporción elevada de la población es
analfabeta, a expensas principalmente de las mujeres
Montoya
considera que la salud forma parte de la categoría de los derechos naturales,
mientras que la equidad forma parte de los derechos civiles. La sociedad se
basa en un contrato precisamente para evitar las distorsiones derivadas de las
desigualdades de poder y que dichas desigualdades se transformen en injusticias.
Los significados que se atribuyen a la persona en cuanto a lo que vale por su
posibilidad de tener dinero, contribuye en el ambiente social a diferenciar dos
clases sociales entre los “los pudientes“y “los menos favorecidos”. Ambas
clases mutuamente excluyentes en la sociedad argentina. La naturalización de la
pobreza en nuestra sociedad, y la indiferencia de los organismos estatales en
seguridad social y del sistema de salud, son situaciones negativas que
contribuyen y alimentan el espiral de la marginación o de la exclusión social.
CAPITAL
ECONOMICO SOCIAL Y CULTURAL
A
consecuencia de la escasez de servicios permanentes de salud en las zonas
indígenas, la baja frecuencia de notificación y la baja asistencia a los
servicios de salud, existe un marcado subregistro en la información. Además,
los sistemas institucionales de información, no distinguen si el usuario del
servicio es indígena o no. Por ello, no es posible identificar específicamente
los daños a la salud que ocurren en esta población.
Las
estadísticas revelan sólo las causas de enfermedad diagnosticada, pero no
capturan el sentir indígena sobre las causas que afectan el equilibrio de salud
enfermedad, ni tampoco los eventos atendidos al margen de los sistemas
institucionales de salud. Es necesario avanzar en la construcción de una
auténtica epidemiología socio-cultural (a través de estudios locales) que
incluya tanto a las enfermedades recogidas por el sistema de salud como a las
llamadas “tradicionales”.
La
importancia de la medicina tradicional se ejemplifica en el hecho de que en las
zonas rurales más alejadas y con un alto porcentaje de población indígena, el
100 por ciento de los nacimientos son atendidos por parteras.
El
principal problema de nutrición de los niños y niñas menores de cinco años es
la desnutrición crónica, manifestada por retardo en el crecimiento (baja
talla). Otros importantes problemas de nutrición son la deficiencia de
micronutrientes y la anemia. La anemia provoca una menor capacidad para la
actividad física y varias de las funciones mentales se ven afectadas,
principalmente la exploración y la atención, lo que trae como consecuencia una
menor capacidad de aprendizaje. Asimismo, la respuesta que el organismo tiene
ante las infecciones se ve disminuida, ocasionando que las enfermedades sean de
mayor severidad y por ello exista un mayor riesgo de muerte.
Las
deficiencias de micronutrientes también son muy importantes en las mujeres
embarazadas y en periodo de lactancia. Esta situación condiciona que las
mujeres indígenas tengan una mayor probabilidad de presentar complicaciones
durante el embarazo, tener hijos e hijas con bajo peso al nacer o prematuros.
El riesgo de morir de una mujer indígena durante el embarazo, parto o puerperio
es elevado. Las mujeres indígenas pertenecen a los sectores del país en donde
se concentra uno de los más grandes rezagos en materia de salud.
Hecho
que tiene su origen en la triple marginación que enfrentan por su condición de
género, clase y etnicidad.
DETERMINANTES
SOCIALES
Los
determinantes sociales nos llevan a comprender el proceso salud-enfermedad que
para algunos representan los factores de riesgo de la epidemiología clásica,
las condiciones sociales en que vive una persona influyen sobremanera en su
estado de salud. En efecto circunstancias como la pobreza, la escasa
escolarización, la inseguridad alimentaria, la exclusión, la discriminación
social, la mala calidad de la vivienda, las condiciones de falta de higiene en
los primeros años de vida y la escasa calificación laboral constituyen factores
determinantes de buena parte de las desigualdades que existen en estas familias
No solos circunstancias sociales- estratificación social y posición social
determinan las inequidades sociales (en el nivel Poblacional) sino que también
operan a través de determinantes intermedios generando inequidades en salud.
Los marcos institucionales socioeconómicos y macroeconómicos, el conjunto de
valores sociales aplicados por una determinada sociedad y las políticas
públicas inequitativas son factores de fundamental importancia en la
conformación de las inequidades sociales. Las personas y grupos sociales que
están más abajo en la escala social, poseen dos veces más riesgo de contraer
enfermedades graves y de fallecer prematuramente. Las causas materiales y psicológicas,
contribuyen con estos riesgos y sus efectos se extienden a casi todas las
causas de enfermedades y muerte y a todos los grupos sociales. Las desventajas
sociales pueden manifestarse en forma absoluta o relativa, y la tendencia es a
concentrarse en los mismos grupos sociales, sus efectos en la salud se acumulan
durante toda la vida.
Decíamos
que, el Sistema de Salud, es decir los médicos, los equipos de Salud, y el
sector Salud en general, impactan solamente en un 11 % sobre la Salud de la
gente y sin embargo los factores sociales, educación, ingresos vivienda y otros
determinantes sociales impactan nada menos que en un 43 %.
Lo
anterior, está produciendo Inequidad en Salud, es decir hay una relación entre
determinantes sociales y niveles de equidad.
Por
eso el equipo de salud debe actuar lo antes posible, esta es la esencia de la
atención primaria de la salud, la prevención pasa entonces por contrarrestar
los efectos adversos que ejercen sobre la población (en este caso infantil) los
factores de riesgo prevalentes en la comunidad. Cuando tenemos la enfermedad y
ofrecemos el tratamiento ofrecemos la alimentación adecuada debemos continuar
la atención, la ayuda no solo de educadores de la salud, sino también la acción
comunitaria mejorándoles la vivienda, la provisión de agua potable , de nada
vale lo que podemos hacer en los hospitales o centros de salud evitando fatales
desenlaces, sino le damos las armas para continuar manteniendo o cuidando la
salud, , ayudando y mejorando la alimentación de esas familias, llegar con todo
los recursos a esas zonas alejadas brindando atención enseñando de los cuidados
en la salud. A concientizarlos que tienen derecho a una buena salud, a exigir
la atención como un derecho de individuo
Lo
anterior implica entonces aclarar que el objetivo es promover la Salud,
otorgando las posibilidades y oportunidades para que los individuos y grupos
eleven sus niveles de satisfacción material, física y espiritual, más allá del
hecho de estar o no enfermos.
Desde
esta perspectiva, se entiende la Salud, como un proceso social, ligado a la
vida, y en consecuencia, lleva implícito dentro de sus condicionantes
estructurales, acciones y significaciones sociales e institucionales, elementos
culturales, económicos, sociales y políticos, que es necesario entender como un
todo para intervenir desde esa lógica.
EL
ROL DE LAS INSTITUCIONES
En
Argentina, se vienen generando una serie de propuestas tendientes a modificar
distintos aspectos para grupos vulnerables. Los valores incluyen equidad, excelencia,
solidaridad, respeto e integridad. En la practica la aplicación de estos
valores implica la promoción de responsabilidades y esfuerzos comunes en la
lucha por la imparcialidad y la justicia para eliminar las diferencias que son
evitables e innecesarias, con la misma alta calidad técnica y en un contexto de
dignidad o diversidad de los individuos, pueblos, y países y la garantía de la
transparencia, ética y responsabilidad en el desempeño. La visión es ser el
mejor catalizador para asegurar que toda la población goce de una óptima salud
y contribuir al bienestar de las familias y comunidades. La misión es promover
la equidad en salud, combatir la enfermedad. Las metas generales y específicas
del equipo de salud es la reducción de la pobreza extrema, equidad en el
desarrollo, los derechos humanos y la protección de los grupos más vulnerables,
reducción de la mortalidad infantil, mortalidad materna, acceso al agua,
medicamentos, etc.
El
perfil epidemiológico presente en la población indígena está asociado a los
altos índices de pobreza, desempleo, analfabetismo, migración, marginación, y
necesidades básicas insatisfechas. La heterogeneidad étnica y cultural de los
pueblos indígenas, determinaría la necesidad de enfatizar formas innovadoras en
la atención de sus necesidades de salud, en lugar de adoptar un solo programa o
modelo de atención. La falta de estadísticas vitales o de servicios
desagregados por etnia, género y grupo etario dificulta la evaluación adecuada
de la situación de salud, las condiciones de vida y la cobertura de los
servicios de salud de los indígenas.
La
compresión de los factores sociales o culturales que originan los conocimientos
de las actitudes y prácticas de las personas en el mantenimiento y restauración
de la salud, son primordiales. El desafío de la salud pública es traducir la
información sociocultural en una información práctica para promover el
bienestar de los individuos y comunidades indígenas. Las actividades han estado
dirigidas a apoyar la formulación y puesta en práctica de políticas y
estrategias integradas en el desarrollo de los sistemas de salud tendientes al
logro del acceso equitativo para los pueblos indígenas, dentro del contexto de
la reforma sectorial. En el diseño y la educación de los marcos de referencia y
modelos de atención que aborden las barreras que limitan el logro de la equidad
en salud o en el acceso a los servicios de salud por parte de los pueblos
indígenas. Por lo cual, se ha enfatizado en la generación de metodología e
instrumentos que faciliten la incorporación de las perspectivas, medicinas y
terapias indígenas en los sistemas nacionales de salud, particularmente en la
atención primaria de salud: La iniciativa de salud de los pueblos indígenas
representa una oportunidad para demostrar nuestro empeño en la búsqueda de
equidad y el valor que le asignamos a la diversidad cultural. También demuestra
nuestro compromiso con el acceso de las comunidades al mundo. Alienta a poner
al descubierto y vigilar las inequidades determinadas por la pertenecía étnica,
así como alimentar programas y alcanzar procesos conducentes a mejorar la
situación sanitaria y el acceso a los servicios de salud por parte de los
pueblos indígenas.
Que
todos los enfermos no son iguales es una idea que los especialistas médicos
siempre tienen presente. Sin embargo, las diferencias parecen agudizarse entre
culturas, ya que cada una tiene una percepción distinta de lo que es la
enfermedad, el dolor o el tratamiento. Para mejorar la relación entre médicos y
pacientes, la Sociedad Española de Medicina Rural y Generalista (Semergen) ha
editado el primer ‘Manual de Medina Transultural’, que da respuesta a los
principales problemas que se plantean en las consultas.
El
aumento de la inmigración ha puesto de relevancia las diferencias culturales
que en ocasiones dificultan la comunicación con el paciente y, por
consiguiente, impiden un correcto diagnóstico y tratamiento. Conocer cuál es el
comportamiento habitual de un médico y cuáles son los rasgos culturales del
paciente que le visita puede ser el primer paso para subsanar esta falta de
entendimiento.
“En
ocasiones surge un enfrentamiento entre la medicina tradicional o propia del
país de origen del emigrante y la medicina basada en la ciencia. Es necesario
tener ciertos conocimientos de antropología médica, ya que no sólo hay que
entender cuál es la enfermedad que se padece sino también cómo expresa cada
cultura los síntomas y emociones”, explica Julio Zarco, vocal de formación de
Semergen.
En
algunas culturas, por ejemplo, el contacto visual resulta crucial en la
comunicación. Es el caso de los ciudadanos chinos, que nunca dirigen la mirada
al médico. “Esto puede confundirse con síntomas de depresión o falta de
sinceridad, cuando en realidad es una demostración de respeto. Sólo miran a la
cara a sus iguales, nunca a las personas que consideran superiores. Sin
embargo, en Medio Oriente la mirada a los ojos de un hombre a una mujer puede
considerarse una invitación de naturaleza sexual”, indica el doctor José Luis
Martincano, autor del manual, editado en colaboración con los Laboratorios
Lilly.
Algunas
culturas también establecen rituales específicos en la relación con sus
pacientes. “Mientras en España cada vez se practica una medicina menos ritual,
en la que el médico incluso deja de lado la bata y sólo se le reconoce por el
estetoscopio, algunas culturas precisan de estos rituales para darle más valor
a su encuentro con el especialista”.
Número
gafe
El
manual también desglosa algunas curiosidades, como las que se refieren al bajo
umbral de dolor del pueblo mexicano, para el que cualquier remedio parece
insuficiente a la hora de aliviar los dolores; la importancia de evitar el uso
de la palabra ‘four’ (cuatro, en inglés), que en chino suena igual que
‘muerte’, o las habituales reticencias de los miembros de la etnia gitana a la
hora de seguir las instrucciones del médico, ya que siempre toman una dosis
menor a la recomendada al considerar que la medicina oficial es ‘demasiado
fuerte’.
De
hecho, las costumbres y las creencias tienen mucho que ver con el cumplimiento
del tratamiento. “Los mitos, las creencias religiosas, la falta de confianza y
la incapacidad de entender el concepto bioquímico o farmacológico actual son
los principales factores que influyen en el incumplimiento de los tratamientos”,
apunta Martincano.
Cápsulas
Así,
algo tan sencillo como tomar una cápsula puede resultar problemático para
musulmanes, judíos o hindúes, ya que suelen fabricarse con gelatina procedente
de los huesos y la piel de animales, incluidos el cerdo y la vaca. También
pueden ser rechazadas las insulinas de vaca y cerdo y las transfusiones de
sangre por razones morales, espirituales, étnicas o por la creencia de que son
contagiosas.
En
todo caso, conocer las diferencias culturales en la percepción de la salud y la
enfermedad no sólo facilita el tratamiento de todos los pacientes, sino que
también puede resultar especialmente enriquecedor.
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